El Hincha Caleño nace o se hace?
Por Erwin Gonzalez Esa es la pregunta que me asaltaba este fin de semana con ocasión del clásico contra Nacional. Les cuento mi caso:
Como algunos lo saben, nací y crecí en la bella isla de San Andres en un hogar conformado por un Paisa recontra hincha de Nacional y una Caleña super hincha del Cali. Como en todos los hogares donde les gusta el fútbol siempre fue un tira y afloje por cual de mis padres influenciaba mi decisión sobre el equipo a quien seguiría el primogénito. Confieso que mi padre llevaba cierta ventaja por que con su radio de cómo 10 bandas, lograba sintonizar alguna emisora originada en Medellín y me contagiaba cuando me decía “Mijo, Gol de nuestro Nacional!!”; a lo que mi madre solo atinaba a decirme: “No mijo, ud debe ser del Cali” Esa pugna llegó a su momento culminante cuando con ocho años estando de vacaciones en Cali con mi madre, ésta me llevó al estadio a ver un clásico Cali – Nacional. Debió haber sido un miércoles por que según mis vagos recuerdos era de noche. Debimos haber estado en Occidental tercer piso por que también veía el techo como encocado muy cerca de nuestras cabezas. El estadio a reventar, marco perfecto… primer tiempo: ummmm Nacional 2 – Cali 0; La balanza se inclinaba hacia los verdolagas, pero en un segundo tiempo épico con aguacero incorporado el Cali renació de sus cenizas y como el ave fénix remontó el marcador ante el estallido del público que gritaba sin cesar “Cali, Cali, Cali…” y de fondo el pachito eche… y no se diga más Cali 3 – Nacional 2. Esa noche se quedaron para siempre grabados en mi mente los nombres de Angel María Torres, El tola Scotta y el Tigre Benítez que contribuyeron en esa histórica remontada que fijó para siempre mi futuro: Caleño hasta la muerte!
Como algunos lo saben, nací y crecí en la bella isla de San Andres en un hogar conformado por un Paisa recontra hincha de Nacional y una Caleña super hincha del Cali. Como en todos los hogares donde les gusta el fútbol siempre fue un tira y afloje por cual de mis padres influenciaba mi decisión sobre el equipo a quien seguiría el primogénito. Confieso que mi padre llevaba cierta ventaja por que con su radio de cómo 10 bandas, lograba sintonizar alguna emisora originada en Medellín y me contagiaba cuando me decía “Mijo, Gol de nuestro Nacional!!”; a lo que mi madre solo atinaba a decirme: “No mijo, ud debe ser del Cali” Esa pugna llegó a su momento culminante cuando con ocho años estando de vacaciones en Cali con mi madre, ésta me llevó al estadio a ver un clásico Cali – Nacional. Debió haber sido un miércoles por que según mis vagos recuerdos era de noche. Debimos haber estado en Occidental tercer piso por que también veía el techo como encocado muy cerca de nuestras cabezas. El estadio a reventar, marco perfecto… primer tiempo: ummmm Nacional 2 – Cali 0; La balanza se inclinaba hacia los verdolagas, pero en un segundo tiempo épico con aguacero incorporado el Cali renació de sus cenizas y como el ave fénix remontó el marcador ante el estallido del público que gritaba sin cesar “Cali, Cali, Cali…” y de fondo el pachito eche… y no se diga más Cali 3 – Nacional 2. Esa noche se quedaron para siempre grabados en mi mente los nombres de Angel María Torres, El tola Scotta y el Tigre Benítez que contribuyeron en esa histórica remontada que fijó para siempre mi futuro: Caleño hasta la muerte!
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